El ciberacoso es el uso deliberado y repetido de herramientas de comunicación digital como redes sociales, mensajería instantánea o correo electrónico, para acosar, intimidar o difamar a otros. Este tipo de comportamiento generalmente busca infligir dolor emocional o daño a la víctima, y puede presentarse en diferentes formas, incluyendo el acoso cibernético, acecho en línea, amenazas o difusión de rumores.
Los ciberacosadores utilizan numerosos métodos para alcanzar a sus víctimas. Involucra la diseminación de información errónea, acoso, exposición de datos sin consentimiento, imitación de otros, o creación de cuentas falsas. Los principales métodos de ciberacoso incluyen el ciberacecho, trolleo, asaltos virtuales, spamming y la suplantación de identidad.
El ciberacecho se refiere al seguimiento continuo e innecesario de las acciones en línea de un individuo llevado a cabo con un mal motivo. El acosador puede recopilar datos privados, rastrear los pasos de la víctima y comunicarse de manera no deseada. Por otro lado, el trolleo en internet se refiere a provocar intencionalmente a las personas y molestarlas usando comentarios ofensivos e inflamatorios. El trolleo involucra la difusión de caos y la desestabilización emocional de las cosas atacando a personas o a grupos específicos en redes sociales.
Los asaltos de odio son esfuerzos organizados para bombardear a un individuo o grupo con mensajes repugnantes o insultantes a través de sus plataformas de redes sociales. El spamming significa una avalancha de mensajes basura con el único propósito de abrumar a un usuario con contenido no solicitado e irrelevante. El enmascaramiento puede ocurrir mediante la fabricación de cuentas o perfiles falsos para engañar y manipular a otros, afectando finalmente la reputación o relaciones de la víctima.
El ciberacoso extiende el acoso tradicional al mundo digital, haciéndolo más invasivo e ineludible. A menudo surge de o perpetúa el acoso fuera de línea, con individuos usando internet para atacar a víctimas más allá de los espacios físicos. El ciberacoso difiere de otros conflictos en línea debido a su naturaleza repetitiva y el desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.
Un aspecto crucial del ciberacoso es su posible superposición con el acoso sexual en línea. El acoso sexual en línea puede manifestarse a través de contenido explícito no solicitado, la compartición no consensual de imágenes íntimas, o comentarios despectivos sobre la apariencia o sexualidad de una persona. Cuando estos comportamientos se dirigen repetidamente a un individuo específico, pueden considerarse una forma de ciberacoso.
El ciberacoso, especialmente en los Estados Unidos, ha estado continuamente ganando atención significativa. El gobierno, las escuelas y diversos grupos han reconocido la importancia de abordar el ciberacoso y apuntan a salvaguardar el bienestar de los individuos, particularmente de los menores, en línea. La «Guía del Educador para el Ciberacoso» del Senado de EE. UU. proporciona valiosas definiciones legales y respuestas respecto al ciberacoso.
Aquí hay una tabla resumen que describe los pasos a seguir en caso de ciberacoso:
Paso | Acción | Detalles |
---|---|---|
1 | Documentar | Guardar pruebas del ciberacoso (capturas de pantalla, mensajes) |
2 | No respondas | Evita relacionarte directamente con el acosador |
3 | Bloquea y denuncia | Utiliza las funciones de la plataforma para bloquear al acosador y denunciar el abuso |
4 | Busca apoyo | Habla con alguien de confianza, como un amigo, un familiar o un consejero |
5 | Contacta con las autoridades | Si el acoso incluye amenazas, ponte en contacto con las autoridades locales |
6 | Revisar la configuración de privacidad | Ajuste los perfiles en línea para mejorar la privacidad y limitar la exposición |
7 | Busque asesoramiento jurídico | Considere la posibilidad de consultar a un profesional legal si el acoso continúa |