El tiempo de pantalla es la cantidad total de tiempo que una persona pasa utilizando dispositivos electrónicos con pantallas. Estos dispositivos incluyen smartphones, tabletas, computadoras, televisores y consolas de videojuegos. El tiempo de pantalla abarca diversas actividades como navegar por internet, jugar videojuegos, ver videos, usar redes sociales y trabajar en computadoras.
El uso del tiempo de pantalla varía dependiendo de factores socioeconómicos como la raza y la clase social. Los estudios sugieren que las personas de comunidades marginadas pueden tener acceso limitado a la tecnología, resultando en menos tiempo de pantalla. Por el contrario, las personas de contextos socioeconómicos más altos a menudo tienen más dispositivos y podrían participar en un tiempo de pantalla excesivo.
Las disparidades en el uso del tiempo de pantalla pueden impactar significativamente las oportunidades y experiencias. Por ejemplo, las escuelas acomodadas suelen integrar más tecnología en su currículo, exponiendo a los estudiantes a más tiempo de pantalla que las escuelas públicas con recursos limitados.
El tiempo de pantalla excesivo se ha asociado con varios impactos en la salud física, incluyendo:
Para adultos, es importante ser conscientes del tiempo pasado frente a pantallas, tomar descansos a intervalos regulares, mantener una buena postura y dar prioridad a la actividad física y las interacciones sociales.
En cuanto a los niños, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere no permitir tiempo de pantalla para niños menores de un año, restringir el tiempo de pantalla para niños de 2 a 4 años, y un mínimo de una hora de actividad física diaria para niños de cinco años en adelante. De manera similar, la Academia Americana de Pediatría (AAP) aconseja tiempo de pantalla interactivo y educativo para niños de 2 a 5 años y tiempo de pantalla recreativo limitado para niños de 6 años en adelante.